RESUMEN
2. LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y SUS DESAFÍOS.
La globalización económica supone, entre otros factores:
1.
La existencia de un mercado financiero único mundial.
2.
Una fuerte expansión de las compañías multinacionales,
que se afincan en muchos países a la vez y venden sus productos en todo el
planeta.
3.
Migraciones masivas de Sur a Norte y de Este a Oeste en
busca de trabajo.
4.
Un enorme desarrollo y abaratamiento del sistema de
transporte mundial.
5.
El desarrollo de redes de comunicación, que permiten la
rapidez de las transacciones comerciales.
La situación económica mundial dibujada desde estos
nuevos factores he llevado a la discusión actual sobre sus efectos.
Hay quien subraya que la globalización económica ha
supuesto una disminución de la pobreza en términos absolutos, mientras que
otros destacan que las diferencias entre los más pobres y los más ricos se han
incrementado.
En cualquier caso, la globalización económica es un
fenómeno que está planteando ciertos desafíos que no se pueden ignorar.
2.1.
La deslocalización de la producción y sus consecuencias.
Una de las características de la nueva economía es la
deslocalización que implica la realización de la parte de la producción
relacionada con la tecnología en el Norte, y la de la mano de obra en el Sur.
Esta movilidad de los puestos de trabajo genera en los
países desarrollados la falta de seguridad acerca del mantenimiento de sus
propias fábricas y unidades de producción, así como sobre la conservación de
una incertidumbre tan grande que ciertos sociólogos se refieren ya a una
precarización de las condiciones laborales en los países desarrollados, que
puede implicar la pérdida de la ilusión por el pleno empleo un notable
incremento del “nomadismo laboral”.
2.2.
La regulación efectiva del comercio global.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) se constituyó
en 1995 y, en 2002, ya tenía 144 países miembros que eran responsables de más
del 97% del comercio mundial. Y obedece a la siguiente máxima: el libre
comercio hará más próspero el mundo al propiciar la producción de bienes por
los países más eficientes y, por ello, se producirá el abaratamiento de los
costes para todos.
Los detractores de la OMC, reprochan:
2.2.1.
Que
anteponga el comercio y la economía a todo.
2.2.2.
Que
interfiera en la soberanía de los países.
2.2.3.
Que otorgue
a cada país miembro un derecho de veto que no supone mayor funcionamiento
democrático que la adopción de decisiones por mayoría, y que ignore las
diferencias de población, pues concede igual voto a países con poblaciones muy
diferentes.
2.2.4.
Que favorezca,
en última instancia, a los países ricos.
Por estas y otras razones se demanda una autoridad global
que establezca requisitos mínimos que se deban cumplir en los ámbitos laboral y
medioambiental.
2.3.
El incremento de las desigualdades y de la pobreza.
El mercado global no garantiza la disminución de la
pobreza. El crecimiento económico de un país puede ser compatible con el
empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de sus habitantes.
Medidas para su disminución: la condonación de la deuda
externa de los países necesitados, la liberación de los mercados agrícolas, así
como la generalización de microcréditos y de las prácticas de comercio justo. A
esas medidas podemos añadir propuestas como:
2.3.1. La implantación de la
Tasa Tobin, tasa destinada a gravar los flujos de capitales a escala mundial y
cuyos fondos servirían para la financiación de políticas contra la pobreza.
2.3.2. La supresión de los
paraísos fiscales.
2.3.3. El establecimiento de
una Renta Básica Universal.
2.3.4. La democratización
efectiva de los organismos económicos multilaterales existentes.
Al igual que en el caso del mercado global,
la necesidad de una autoridad política global que ejecute y administre estas
medidas corre pareja a la posibilidad de hacerlas realidad.
2.4. La destrucción medioambiental
El modelo actual de crecimiento económico
resulta insostenible tanto por los daños medioambientales globales que genera
como por las desigualdades sociales que establece. Como la pérdida de la
biodiversidad, el efecto invernadero, la ampliación del agujero de la capa de
ozono, la lluvia ácida, la deforestación y la desertización nos advierten de
las limitaciones de un modelo dañino para el medio ambiente que se fundamenta
en:
2.4.1. Estrategias
macroeconómicas que ofrecen grandes incentivos para la obtención de ganancias a
corto plazo.
2.4.2. La desigualdad en la
propiedad de la tierra y la discriminación de los pueblos indígenas.
2.4.3. El consumismo de la
ciudadanía de los países con ingresos elevados.
Revertir esta situación exige políticas
económicas globales que valoren en sus análisis los costes que originan el
agotamiento de los recursos y la degradación medioambiental.