Alfred Hitchcock
(Londres, 1899-Hollywood, 1980) Director de cine
británico nacionalizado estadounidense. Hijo de un carnicero, cursó
estudios en el Colegio de San Ignacio y, posteriormente, en la
Universidad de Londres, donde estudió ingeniería. En 1920 empezó a
trabajar en la industria cinematográfica, primero como publicista para
la Paramount y pronto como guionista y ayudante de dirección. En 1925 se
trasladó a Alemania, donde tuvo la oportunidad de trabajar como
ayudante de dirección en los estudios UFA y entrar en contacto con el
expresionismo alemán, un género del que siempre se consideró deudor.
Alfred Hitchcock
Tras regresar al Reino Unido, en 1929 rodó Blackmail, filme que se convirtió en el primer éxito del cine sonoro inglés; títulos como El hombre que sabía demasiado (1934) o 39 escalones
(1935), de bien trabada trama policíaca, atrajeron la atención de David
O. Selznick, quien lo contató en 1940 para trabajar en Hollywood.
Su primer filme allí, Rebeca,
fue un éxito rotundo tanto de crítica como de público. A partir de este
momento y durante las tres décadas siguientes, dirigió películas en
Hollywood a razón de una por año, reservándose en todas ellas una breve
aparición (cameo), siempre sin diálogo. Sus argumentos giraron a menudo
alrededor de tramas policíacas o de espionaje, siempre con un dominio
absoluto del suspense.
Si, por un lado, el tipo de
argumento explica el éxito comercial de sus películas, por otro, y de
acuerdo con la célebre «teoría de McGuffin», del propio Hitchcock, este
suspense sirve sólo como un señuelo para captar la atención del
espectador, mientras que en otro plano el filme remite a más ambiciosos
contenidos psicológicos, como en Marnie la ladrona, donde una cleptómana traumática se redime por el amor, religiosos, como en Yo confieso, o incluso metafísicos, como en Los pájaros,
cuyo simbolismo ha dado pie a múltiples interpretaciones. Sobre la
relación del director con el psicoanálisis, manifiesta y bien lograda en
unas películas (De entre los muertos), en otras se ha considerado en exceso reduccionista (así se ha afirmado respecto a Recuerda), y en general los críticos han sobreinterpretado sus filmes en este sentido.
El
virtuosismo de Hitchcock se hace también evidente en el manejo de la
cámara, de gran inventiva y audacia, y en el montaje, extremadamente
fragmentado y estudiado en ocasiones, como en la conocidísima escena del
asesinato en la ducha de Psicosis, tal vez su película más
célebre, cuyo rodaje costó casi una semana entera y en la cual se
agolpan multitud de secuencias en brevísimo tiempo.
Cierta
leyenda negra de Hollywood afirma que en su relación con los actores
era áspero y despótico, y también fue muy criticada su fijación con
respecto a las mujeres rubias de aspecto más o menos asexuado, modelo de
la mayoría de sus protagonistas femeninas, y a las que perseguía en
ocasiones durante el rodaje, como sucedió con Kim Novak.
A
partir de 1948 se convirtió en su propio productor, y desde los inicios
de la década de 1950 pudo contar con elevados presupuestos y con los
mejores actores y actrices de Hollywood, alcanzada ya la fama
internacional. Más tarde quiso recrudecer los argumentos y dotarlos de
mayores dosis de suspense, aunque hubo ciertas excepciones, como fueron Cortina rasgada (1966) y Topaz
(1969), de temática anticomunista, que no tuvieron tanto éxito. Todas
las películas de Hitchcock llevan el sello particular de su estilo, cuya
influencia ha llegado a muchos otros directores, entre ellos algunos
miembros de la nouvelle vague, como Truffaut y Godard.
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