ALD-Adrenoleucodistrofia
La adrenoleucodistrofia es una de las
enfermedades denominadas leucodistrofias, las leucodistrofias son enfermedades
raras que afectan las células del cerebro. Específicamente, las enfermedades
afectan la vaina de mielina1. El daño en la vaina hace más lentos o
bloquea los mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. Eso conduce a
problemas de:
· Movimiento
· Habla
· Vista
· Audición
· Desarrollo mental y físico
La mayoría de las leucodistrofias son
genéticas. Suelen aparecer durante la infancia o la niñez. Pueden ser difíciles
de detectar anticipadamente porque en el inicio los niños parecen sanos. Sin
embargo, los síntomas empeoran gradualmente con el tiempo.
No existen curas para ninguna de las
leucodistrofias. Las medicinas, la terapia del lenguaje y la fisioterapia
pueden ayudar con los síntomas. Los investigadores están probando el trasplante
de médula ósea como tratamiento para algunas de las leucodistrofias.
1La mielina es una
capa aislante que se forma alrededor de los nervios, incluyendo los que se
encuentran en el cerebro y la médula espinal, y está compuesta de proteína y
sustancias grasas. El propósito de la vaina de mielina es permitir la
transmisión rápida y eficiente de impulsos a lo largo de las neuronas. Si la
mielina se daña, los impulsos se interrumpen, lo cual puede causar enfermedades
como la esclerosis múltiple.
La mielina es de color blanco, por lo que
decimos que los axones mielinizados de las neuronas forman la llamada materia
blanca. Por otro lado, los cuerpos neuronales, que no están mielinizados,
constituyen la materia gris. Así, la corteza cerebral es gris, al igual que el
interior de la médula espinal (en este caso los somas o cuerpos neuronales se
disponen en el centro y la mayoría de axones discurren por la periferia).
La adrenoleucodistrofia (ALD)
Es una designación que describe algunos
trastornos hereditarios estrechamente relacionados entre sí, que interfieren
con el metabolismo de ciertas grasas o ácidos grasos de cadena muy larga2,
en los tejidos neurales del cuerpo.
La adrenoleucodistrofia, siendo de origen
genético, se transmite de padres a hijos como un rasgo hereditario ligado al
cromosoma X3, y que, por lo tanto, afecta sobre todo a los varones,
aunque algunas hembras portadoras pueden tener formas más ligeras de la
enfermedad.
Como entidad nosológica, esta dolencia afecta
aproximadamente a 1 de cada 20.000 personas de todas las razas.
La afección resulta en la acumulación de
ácidos grasos de cadena muy larga en el sistema nervioso, en las glándulas
suprarrenales y en los testículos, lo cual interrumpe toda actividad normal en
los órganos afectados.
Existen tres categorías conocidas de la ALD:
·
La forma cerebral infantil, que aparece hacia mediados de la niñez (entre
los 4-8 años). En la que nos vamos a centrar.
·
La adrenomielopatía, que se presenta en adultos del sexo masculino hacia
los 20 años o más tarde de la vida.
·
La de alteración del funcionamiento de las glándulas suprarrenales (llamada
enfermedad de Addison): En estos casos la glándula suprarrenal no produce
suficientes hormonas esteroides. Esta última, hoy sabemos, que afligió como su
víctima al mártir del magnicidio, presidente John F. Kennedy.
2Los
ácidos grasos están formados por hidrógeno (H), oxígeno (O) y carbono (C). El
carbono puede formar cuatro enlaces, lo que lo hace un elemento muy versátil.
La parte grasa de los ácidos grasos es una cadena de átomos de carbono unidos
entre si y cada C está también unido a varios H.
3El cromosoma
X es uno de los cromosomas sexuales del ser humano y otros mamíferos. En seres
humanos está situado en el llamado par 23. Cuando en el par 23 se da XX el sexo
del individuo es cromosómicamente llamado hembra. En caso de que sea XY el sexo
del individuo será cromosómicamente macho.
SÍNTOMAS
Tipo cerebral
infantil
·
Problemas suprarrenales
·
Cambios en el tono muscular, principalmente espasmos musculares y
espasticidad
·
Estrabismo (ojos cruzados)
·
Disminución en la comprensión de la comunicación verbal (afasia)
·
Deterioro de la caligrafía
·
Dificultades en la escuela
·
Dificultades para entender el material articulado
·
Hipoacusia (problemas de audición pobre)
·
Hiperactividad
·
Deterioro progresivo del sistema nervioso
·
Coma
·
Disminución del control motor fino
·
Parálisis
·
Convulsiones
·
Dificultad para deglutir4
·
Deterioro visual o ceguera
·
Muerte
4 Tragar.
TRATAMIENTOS
ALTERNATIVOS
Para el tratamiento de la ALD y de la AMN se
han investigado diferentes líneas terapéuticas, aunque los estudios llevados a
cabo muestran resultados dispares, la mayoría poco alentadores. Las principales
líneas estudiadas son:
1. Terapia conjunta de aceite de Lorenzo con restricción dietética
de VLCFAs.
2. Trasplante de médula ósea. Esta línea terapéutica parece
ser beneficiosa en determinadas circunstancias. Así ha tenido éxito en un niño
con síntomas tempranos de desmielinización cerebral. Además en un estudio más
amplio de Moser sobre 14 pacientes tratados mediante trasplante de médula ósea,
los resultados muestran, aunque de forma aún prematura, cómo esta terapia frena
la progresión de la enfermedad en pacientes con moderados síntomas
neurológicos.
3. Terapia inmunosupresora. Su finalidad es reducir la
respuesta inflamatoria en la materia blanca, ya que ésta parece ser la causa de
la rápida progresión de la incapacidad neurológica y que puede estar mediada
por citoquinas, tales como el factor de necrosis tumoral (TNF), principalmente
en la ALD.
4. Terapia inmunoestimuladora. Se han ensayado altas dosis
de inmunoglobulinas intravenosas junto con la terapia dietética, siendo los
resultados decepcionantes. Así un estudio de Cappa, desarrollado durante veinte
meses sobre seis pacientes a los que se les aplicó una terapia inmunomoduladora
con altas dosis de inmunoglobulinas intravenosas en conjunción con la terapia
dietética y aceite de Lorenzo, muestra la incapacidad de las inmunoglobulinas
para detener la enfermedad, obteniéndose los mismos resultados tanto en estos pacientes
tratados como en los que no recibieron la terapia inmunomoduladora. En otros
estudios, Wong también muestra la falta de eficacia de esta terapia y evidenció
tener un potente efecto depresor sobre la síntesis endógena de VLCFAs. La
instauración de una dieta que restringe el aporte de VLCFAs exógenos, junto con
aceite de Lorenzo, ha sido la base de varios estudios diseñados para determinar
la eficacia terapéutica de este tratamiento. Entre ellos destaca el de Rizzo,
el cual mostró una disminución efectiva de los niveles plasmáticos de ácido
hexacosanoico en ocho pacientes con ALD tras una terapia con aceite de Lorenzo.
En seis pacientes con una sintomatología moderada o avanzada, el deterioro
neurológico siguió progresando, mientras que en dos pacientes levemente afectados
no mostraron progreso de la enfermedad tras diez y diecinueve meses,
respectivamente, después de iniciada la terapia. Todos estos pacientes fueron
tratados con una dieta baja en grasas.
En otro estudio desarrollado por Uziel, con 20 pacientes afectados
por ALD, se observó normalización en los niveles de ácido hexacosanoico, pero
no una mejora clínica tras seguir la dieta con aceite de Lorenzo. Los pacientes
pre sintomáticos permanecieron sin síntomas tras un año de iniciar el
tratamiento, mientras que los pacientes con síntomas moderados y severos
empeoraron o no mostraron mejoría. Todos estos pacientes fueron sometidos a una
dieta con restricción de ácido hexacosanoico y un suplemento de aceite de
Lorenzo. Estos estudios demuestran que la terapia conjunta del aceite de
Lorenzo y una restricción dietética no tiene un efecto sustancial en el curso
de la forma cerebral infantil de la ALD una vez se han desarrollado los
síntomas neurológicos. Es posible que debido a lo fulminante de este fenotipo
de la ALD no exista tiempo suficiente para que tenga efecto una terapia
modificadora de lípidos. Por contra, en los pacientes con AMN, en los cuales existe
más tiempo para que actúe la terapia modificadora de lípidos, cabría esperar
algún efecto positivo. En un estudio de Aubourg, de dos años de duración, que
incluyó 14 hombres con AMN, cinco mujeres heterocigóticas sintomáticas y cinco
jóvenes con AMN preclínico, no se encontró beneficio clínico relevante en la
terapia con aceite de Lorenzo asociada a una dieta. El progreso clínico de la
enfermedad se monitorizó entre dieciocho y cuarenta y ocho meses. Aunque los
niveles de ácido hexacosanoico bajaron a valores normales hacia las diez
semanas de iniciar el tratamiento, no hubo mejora clínica en ningún paciente. En
otro estudio de Kaplan, mediante la utilización de potenciales evocados, se
muestra cómo a pesar de la reducción de los niveles plasmáticos de VLCFAs a sus
valores normales no se detiene la desmielinización nerviosa y, por tanto,
continúa la progresión clínica de la enfermedad.
En el caso clínico que se presenta los efectos que se obtienen son
similares, puesto que se ha conseguido una normalización de los niveles de
VLCFAs en plasma, mientras que la sintomatología, aunque en un primer momento
pareció mejorar, ha seguido progresando. Así, a la luz de estos estudios, el
aceite de Lorenzo no parece ser una terapia efectiva en los pacientes afectados
por AMN con sintomatología moderada o grave; únicamente algunos autores apuntan
una posible eficacia en los pacientes con sintomatología leve, aspecto aún
pendiente de confirmación por estudios más amplios. En un intento de explicar
estos resultados algunas hipótesis apuntan que los efectos adversos derivados
de la acumulación de ácido erúcico podrían mitigar cualquier beneficio de la
reducción de VLFCAs. También pudiera ser que de forma similar a la
fenilcetonuria no exista respuesta a la corrección de la anormalidad
bioquímica, una vez se haya instaurado el daño neurológico. En tal caso, sólo
un tratamiento previo a la aparición de los síntomas neurológicos sería
efectivo.
Sin embargo, otra hipótesis apunta que parece ser que los niveles
de VLCFAs disminuyen en el plasma y otros tejidos, pero no en la médula espinal
o en el tejido cerebral. Así estudios iniciales en animales mostraron que al
ácido erúcico le costaba más penetrar en el cerebro que en otros tejidos.
Posteriormente, Rasmussen realizó un estudio en el cual se comparaban los
niveles de VLCFAs y de ácido erúcico en diferentes tejidos del organismo,
mediante estudios post mortem de grupos de pacientes, unos tratados con aceite
de Lorenzo y otros no. Se observó que la terapia con aceite de Lorenzo
disminuía los VLCFAs en plasma, tejido adiposo e hígado, aunque no ocurría lo mismo
en el cerebro. A su vez se encuentran elevados niveles de ácido erúcico en los
diferentes tejidos excepto en el cerebro. Otro estudio similar de Poulus
presenta idénticos resultados. Todo ello parece indicar que el ácido erúcico es
incapaz de penetrar en el cerebro, siendo ésta la posible causa del aparente fracaso
del tratamiento con aceite de Lorenzo. Ante la ineficacia mostrada por el
aceite de Lorenzo en la remisión de los síntomas de la enfermedad, en la actualidad
los estudios se centran en su capacidad para prevenir el desarrollo de
manifestaciones neurológicas en pacientes que aún no las hayan desarrollado,
aspecto muy discutido y todavía no resuelto. En definitiva se busca conocer si
se puede obtener un efecto igual de beneficioso que el logrado en niños con el
defecto bioquímico de la fenilcetonuria cuando siguen una dieta restrictiva en
fenilalanina. El problema radica en la complicada evaluación de la acción
preventiva en la ALD debido al hecho de que aproximadamente la mitad de los
pacientes escapa de la forma cerebral infantil incluso sin terapia, aunque
posteriormente desarrollen otros fenotipos como la AMN. En un estudio llevado a
cabo por Moser se trataron 61 pacientes asintomáticos con aceite de
Lorenzo, con una duración de tratamiento entre unos pocos meses y cuatro años.
De estos pacientes, uno desarrolló la forma cerebral infantil, siete
presentaron un incremento de la anormalidad cerebral a través de imágenes de
resonancia magnética y los restantes no sufrieron progreso de la enfermedad.
Por otro lado, los resultados preliminares de otro estudio más reciente,
desarrollado también por Moser, muestran que al menos doce meses después del
inicio del tratamiento un 60 por 100 de los pacientes no desarrollaron cambios
en su estado clínico o neurorradiológico y sólo en un 17 por 100 de los
pacientes restantes se produjo un incremento significativo de la enfermedad. Los
resultados de los citados trabajos apuntan un posible efecto preventivo del
aceite de Lorenzo.
Sin embargo, dado que existen casos en los que a pesar de
administrarlo se desarrolla la enfermedad, no puede afirmarse de forma absoluta
dicha capacidad preventiva. Por tanto, este aspecto tendrá que ser confirmado
mediante futuros estudios diseñados a tal efecto. Respecto a los efectos
adversos hay que destacar que la terapia con aceite de Lorenzo es generalmente
bien tolerada. Se han detectado principalmente dos efectos adversos,
trombocitopenia y linfocitopenia, siendo el primero de ellos el más
documentado. En un estudio de Zinkham el recuento medio de plaquetas, antes y
después de doce meses de iniciado el tratamiento con aceite de Lorenzo,
disminuyó en un 40 por 100. En este estudio se observó que los niveles de ácido
erúcico en las plaquetas estaban marcadamente elevados, mientras que los niveles
de ácido linoleico
(C18:3) y ácido araquidónico (C20:4) estaban reducidos. En varios
de los pacientes que desarrollaron la trombocitopenia se encontró una
correlación inversa entre el número de plaquetas y los niveles de ácido
erúcico. La trombocitopenia revertió a los dos-tres meses de suspender el
tratamiento con el aceite de Lorenzo. Así mismo, estudios realizados por los
mismos autores, mediante grupos de pacientes a los que se les administraba dietas
con aceite de semilla de colza, unos con alta y otros con baja concentración de
ácido erúcico, les llevaron a la conclusión de que el aceite causal de la trombocitopenia
es dicho ácido. En un estudio de Zierz se llevó a cabo un seguimiento de cinco
pacientes en tratamiento con aceite de Lorenzo. Todos ellos presentaron
trombocitopenia, aunque ninguno de ellos sufrió hemorragias. La trombocitopenia
desapareció al poco tiempo de suspender el tratamiento. La administración
posterior de ácido erúcico en incrementos diarios de dosis mostró un descenso
del recuento de plaquetas claramente dependiente de la dosis de ácido erúcico.
Además, una biopsia de la médula ósea no evidenció una disminución de la
megacariocitopoyesis. Tanto en este estudio como en otro de Strockler se hace
referencia al significativo aumento del volumen de las plaquetas de los
pacientes afectados por la trombocitopenia. Otros estudios llevados a cabo por
Aubourg y por Unkring confirman la trombocitopenia producida por el aceite de
Lorenzo, por lo que se recomienda que los pacientes afectados por ALD y en
tratamiento con aceite de Lorenzo sean sometidos a frecuentes controles del
número de sus plaquetas, ya que esta trombocitopenia puede limitar la dosis
diaria máxima de ácido erúcico. En el caso clínico que se presenta se observó
un significativo descenso en el número de plaquetas, aunque se trataba de una
trombocitopenia sin relevancia clínica. Respecto al segundo efecto adverso, el
estudio de Unkring muestra que tratamientos de larga duración (veinticuatro a
cuarenta y tres meses) con aceite de Lorenzo pueden inducir una linfocitopenia
severa con inmunosupresión e infecciones recurrentes. En dicho estudio los
niveles de linfocitos volvieron a la normalidad entre las seis y nueve semanas
después de suspender el tratamiento con aceite de Lorenzo. Es de destacar el
hecho de que en todos los casos la linfocitopenia sólo ocurriera pasados
veinticuatro meses desde el inicio del tratamiento. Los modelos observados de
la linfocitopenia difieren del curso de la trombocitopenia, lo que sugiere un
mecanismo de génesis diferente. Se recomienda que los pacientes afectados por
ALD y en tratamiento con aceite de Lorenzo sean también sometidos a frecuentes
controles del número de sus linfocitos a fin de prevenir posibles complicaciones
infecciosas. En el caso clínico presentado tan sólo se dispone de niveles de
linfocitos previos a la administración del aceite de Lorenzo y a los pocos
meses de haber iniciado el tratamiento, estando todos ellos dentro de valores normales.
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